En los años '90 , el negocio de la marca impresa en la camiseta oficial de los equipos más importantes registr ¢ una fuerte alza en los precios ofpecidos por el auspiciante.
Por ejemplo, en el '96, River cambi ¢ la empresa Sanyo , que le pagaba 450.000 $ por año, por lucir en el pecho de sus jugado¬
res la marca de cerveza "Quilmes" , que le pag ¢ 1.800.000 dólares. La cervecería le paga otros dos millones a Boca para que los xeneixes lleven puesta la marca antedicha , m s un extra de 200.000 dolares si el equipo gana un campeonato. La estrategia de Quilmes no es casual : está en el pecho de los jugadores más
vistos, y no cae en la peligrosa identificaci ¢ n de que se la sienta como que es de un equipo determinado. La cifra que se recuadó entre 17 clubes por promocionar marcas en una camiseta es de 8.500.000 de dólares.De este monto , la compañía cervecera es la que más paga la publicidad en casacas: ademas de los casi 4 millones destinados a Boca y River , le paga otros 600.000
dólares al equipo de Vélez Sarsfield. Fue un record pronto superado. Las cifran suben tan rápido que ahora las empresas auspiciantes luchan cada vez más para
firmar contratos más largos, mientras que los clubes - que se quedan atrás con los precios- hacen fuerza en sentido contrario , intentando firmarlos más cortos para arreglar con otro fabricante que mejore la oferta. Obviamente, muchas de estas cinchadas terminan en Tribunales, como fue el caso de Racing que firmó un
precio bajo con Multicanal , luego de lo cual una AFJP le ofreció una oferta diez meses mayor logrando que el club busque rescindir el contrato con la tevé por cable. ( Esto fue escrito en 1997, ahora hasta se cotiza el culo en el pantalón de los futbolistas) Conclusión : a la hora de vender espacios de tela, nunca hay que apurarse.
viernes, 22 de mayo de 2009
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